viernes, 18 de noviembre de 2016

Misión imposible 1: Educación Vial

Mientras le explico a mi hija que no se debe cruzar la calle mientras veamos al hombre rojo en el semáforo, veinte personas cruzaron apurados para que no los pise el auto que venía anunciándose a bocinazos. Mi hija me mira descreída mientras le sigo explicando que esas veinte personas que cruzaron en rojo están desquiciadas y que nuestra forma de comportarnos sería lo normal.

Seguimos avanzando y nos encontramos con las barreras bajas que anuncian el paso del tren. Mi hija se cansa de ver gente cruzar mientras nosotros esperamos, se para frente a una persona y abriendo sus brazos le grita-¡Alto!. Después que pasaran por su costado unas cinco personas más, mi hija entendió que todavía no es lo suficientemente grande para cambiar el curso del mundo.

Esperando al subte comenzó a tironear a una mujer de la pollera porque estaba muy cerca del borde del andén.

Por suerte a veces su empeño funciona, ayer logró que todo el resto de los ocupantes del auto se abrocharan el cinturón de seguridad antes de arrancar. Tal vez entendió que los grandes cambios empiezan a gestarse con pequeñas acciones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario