martes, 29 de marzo de 2016

Cocinando juntos

Hoy preparamos empanadas dobles de choclo amarillo, huevo batido y queso (con una pizca de pimienta de cayena triturada y nuez moscada) y mi hija ofició de ayudante de cocina.

Mientras se enciende el horno para precalentarlo, está permitido jugar a apagar las velitas y cantar algunos feliz cumpleaños, nunca está de más.

Si bien las latas son definitivamente más prácticas; separar los granos del choclo puede ser gratificantemente divertido. Si elegimos la opción número uno, al menos usar un abrelatas clásico de agarre doble y rueda dentada, para que el momento sea participativo. Si seguimos con el desgrane, podemos utilizar las manos o un cuchillo para niños sin filo. Si repentinamente comienzan a granizar granos, irremediablemente usar aspiradora, éstos se pegan tanto al piso que el uso de la escoba puede ser un poco frustrante. Colocamos los que sobraron en un cuenco; pero si el picoteo previo, el intento instintivo de amasarlos o la mala puntería hacia algún objetivo aleatorio nos dejaron tempranamente sin parte del relleno, recomiendo fervientemente repetir los pasos anteriormente descriptos. Una lata con sistema abre fácil, puede ser efectiva y lúdica, más si a esta hora las verdulerías están cerradas.

Al romper los huevos, debemos convencer previamente a nuestra partenaire de que no lo ejecute arrojándolos con fuerza sino con suaves golpecitos contra el canto de un material duro, también hay que recomendarle que no suelte el mismo cuando la clara le moje los dedos. Después de volver del almacén con media docena más, me inclino a que el batido se enroque por un agitado enérgico dentro de la seguridad de un tupperware bien cerrado.

Para que el resultado final se parezca a una cena, es imperativo empezar a cocinar una hora y media antes de lo previsto, si se tarda demasiado, se puede llegar a confundir con un desayuno madrugador.

Disponemos algunos discos de empanada sobre la fuente o pizzera, nos encargamos de recuperar con el amasador los discos que previamente hayan terminado con agujeros formando una cara alegre. En caso de que se creara una superbola con varias tapas de empanadas, amasar enérgicamente y probar hacer un calzone relleno de banana, dulce de leche y nuez. Desde ya aclaro que la receta del postre mencionado no está incluída.

Al rellenar, primero van los granos, el condimento, luego una capa generosa de queso. Tapamos y repulgamos dejando una abertura de dos centímetros de diámetro. Introducimos una porción de huevo agitadísimo, hasta la mitad, evitando que nos rebalse y las dejamos apoyadas inclinadas en el borde para que llegue hasta el fondo.. Siendo este paso tan crítico, es vital ser nosotros los actores y el resto espectadores. Digo el resto, por que a esta altura debe estar toda la familia pululando alrededor de la cocina, tratando de olfatear el menú.

Al aplicar los condimentos, lo primero es la prevención. Abrimos la caja de herramientas, nos colocamos sendas antiparras protectoras, barbijo para evitar la tentación de oler o probar y guantes de látex para que cuando le de sueño no se trasfiera picante a sus glándulas oculares. En algunos casos, abrir la caja de herramientas puede desviar la atención y que se empiecen a usar los destornilladores, las llaves y el martillo. Si esto sucede, implica que deberemos lavarnos las manos después de intentar varias veces guardar todo  antes de continuar.

Si estás siguiendo todo al pie de la letra, no te enojes, en realidad me doy cuenta que conviene precalentar el horno justo en este momento, no hace dos horas.

Terminamos de cerrar el repulgue y en quince minutos deberían estar.

Como nos dio hambre en el camino, picamos unos sanguchitos de jamón y queso, nunca está de más tener un sandwich bajo la manga. Las empas quedaron para mañana.

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